Llegué a
Granada sin saber qué iba a encontrarme. De hecho, llegué sin ningún
conocimiento de lo que Granada podría ofrecerme. De niña me encantaba que mis
padres me llevaran a caminar por las montañas ya que a ellos les apasionaba
viajar y explorar los rincones de naturaleza. Rodeada por la caótica ciudad de
Nueva York durante tantos años, Me había olvidado casi de lo que verdaderamente
me hace feliz. No era consciente de mis carencias y nunca habría tenido la
oportunidad de descubrirlas si no hubiera venido a Granada. A lo largo de los
últimos meses en esta ciudad, que dicen es mágica, he descubierto el placer de
una vida espontánea. En los miradores encantados de Albaicín, los rincones del
Sacromonte, las cafeterías escondidas y la gente conocida, yo he aprendido el
valor de gozar de la vida que vivimos.
Mientras estaba leyendo en la
terraza de mi piso, me llamó mi amiga. Estaba a punto de quedar con algunos
amigos y me preguntó si me apetecía unirme a ellos. Ya que no había mucho más
que hacer excepto echar una siesta, me fui. Nos dirigimos a Plaza Nueva donde
encontramos a nuestros amigos. Justo cuando subíamos hacia el Albaicín, nos
tropezamos con mi compañera de piso y le invitamos a venir con nosotros. Al
final éramos dos estadounidenses, dos italianos y una francesa. Hablábamos español
mientras paseábamos por el Albaicín hacia el Sacromonte donde ellos saludaron a
algunos gitanos conocidos. Nos quedamos en un mirador escondido junto a una casa
que había convertida en tienda y que por casualidad pertenecía a un familiar de
la familia española con quien vivía. Pedimos refrescos y nos sentamos sobre la
muralla esperando la puesta de sol. Así me gustaría pasar todos los días.
Me acordaré siempre de los días
pasados en las calles de Granada donde, como mi padre español me había dicho,
la vida se vive en las calles- todo el mundo está en las calles. Mis días aquí
han sido los más felices de mi vida debido a la simplicidad de vivir con
espontaneidad como el día del mirador y muchos otros así.
By Aleksandra Antolak